El típico dolor que muchas mujeres sufren, al llevar tacones, en la parte anterior del pie y en la planta es lo que se denomina metatarsalgias
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Aparecen por un desajuste en la carga de los huesos del pie que apoyan en el suelo. Estos son el calcáneo (el talón) y los metatarsianos (la zona anterior del pie).
En condiciones ideales el talón debería soportar el 55% de la carga que llega al pie. La parte de apoyo metatarsal el 45%. El reparto del apoyo ideal en la zona de antepié esta dividido en 6 apoyos o presiones equivales. De modo que el primer metatarsiano (que da origen al dedo gordo) carga dos de esas unidades de presión. El resto de metatarsianos carga una unidad de presión cada uno.
Cuando se da el caso en que existe una descompensación de estas cargas, y si la descompensación es anterior, es posible que alguno o algunos de los metatarsianos se sobrecargue. Elevando así el nivel de presión al que se le somete. Si este nivel de presión es constante aparecerá una metatarsalgia que puede o no ir acompañada de una hiperqueratosis o un heloma (callo). En cualquier caso aparece dolor. Una metatarsalgia muy continuada en el tiempo puede dar lugar a una fisura o fractura por tensión mecánica.
El tratamiento de elección es una plantilla personalizada debidamente diseñada.
Siempre que se diseñe una plantilla personalizada hay que hacer pruebas para verificar que la presión se disipa con la plantilla para así acabar con la metatarsalgia.
Para ello se mide la presión plantar como en un análisis de la pisada. Las mediciones se realizan con la plantilla puesta y sin la plantilla. Los niveles de máxima presión (como en la podobarometría de la derecha) deben desaparecer o reducirse (como observamos en la podobarometría de la izquierda). Si así sucede la metatarsalgia queda resuelta.